Lope de Vega y Carpio
        [954](1562-1635)

 
   
 

 
    
    Es el genio máximo de la creatividad en las letras castellanas. Sus obras pasaban "en horas venticuatro, de las muchas al teatro"
    Fue poeta, novelista y sobre todo dra­maturgo: el Fénix de los ingenios. Su nombre completo era Félix Lope de Vega y Carpio. Nació en Madrid, el 25 de noviembre de 1562. Estudió en un colegio de la Compañía de Jesús y en las universidades de Alcalá y Salamanca.  En 1583 era soldado en la expedición a las Azores, para Portugal cuyo rey entonces Felipe II.
   Su vida fue azarosa y llena de aventuras, amorosas y sociales. Su fogosidad abarcaba todos los terrenos. Tuvo varios amores, múltiples lances, varios matrimonios y varios hijos. Se ordenó sacerdote en 1614. Pero siguió con su vida impulsiva y con nuevos amores. Las desgracias familiares ahogaron de tristeza los últimos años. El 27 de Agosto de 1635 murió en Madrid. El pueblo madrileño, que acudió en masa a su entierro, admiró su genio y perdonó siempre sus yerros morales.
   Imposible relatar la portentosa produc­ción literaria de Lope. De las 1.500 obras dramáticas que Lope dijo haber escrito, se conservan 426 (de las que sólo 314 comedias son seguras), 42 autos sacramentales, mil poemas sueltos, sonetos, letrillas, varias docenas de novelas.
   Entre sus obras más o menos religiosas, reflejo de un espíritu creyente, sensible y genial, se conservan sonetos con referencias teológicas de profundo alcance popular y social.
   Como muestra de versos de Lope que se pueden convertir en bellas y profundas catequesis se pueden citar: un sone­to: "Qué tengo que mi amistad procuras"; una comedia "La Jerusalén conquistada"; un drama magnífico: "Corona trágica"; una colección de "Rimas sacras"; un "Romancero espiritual"; diversas obras de referencia bíblica: "Los trabajos de Jacob", "La hermosa Esther o “El nacimiento de Cristo". Abundan en sus producciones retazos de profunda teología y de popular piedad, que va sembrando en todas sus comedias, como en "El alcalde de Zalamea" en donde dice: "A Dios la hacienda y la vida se ha de dar, pero la honra es patri­monio del alma y el alma sólo es de Dios."
   Lope de Vega es la fecundidad encar­nada en un genio portentoso. Cervantes le llamó “Monstruo de la Naturaleza”. Es el poeta popular por excelencia: hombre noble y pecador, sensible y amistoso, creyente y fiel, débil ante la carne, sublime en el espíritu.